La reconocida terapeuta y sexóloga Ana Simó compartió detalles conmovedores sobre su vocación temprana por la psicología y el camino lleno de obstáculos familiares que debió atravesar para convertirse en una de las voces más influyentes en el área de la salud mental y la sexualidad en República Dominicana.

Simó relató que desde los ocho años sabía que quería ser psicóloga, inspirada por su interés por la conducta humana y la figura de la psicóloga de su colegio. “Yo decía: yo quiero ser como ella”, expresó con nostalgia. A los 12 o 13 años ya escuchaba y aconsejaba a sus amigas sobre temas de relaciones y desamores, y fue en ese momento cuando sintió el llamado hacia la sexología.
Su mayor aliada fue su madre, quien la apoyó incondicionalmente, comprándole libros de psicología desde temprana edad, incluso escondiéndolos y forrándolos en secreto, debido a la negativa de su padre. “Papi no quería que yo fuera psicóloga… mi mamá me compraba todo lo que le pedía”, confesó.
Pero la oposición no fue solo un desacuerdo pasajero. Cuando Ana tomó la decisión definitiva de dejar la música, formación que su familia consideraba obligatoria y no una opción, para dedicarse a la psicología, su padre dejó de hablarle. “Él decía que de eso no se podía vivir, que yo iba a pasar trabajo…”, recordó.

Pese a esa resistencia, Ana no se rindió. “Yo quería demostrarle, no con rabia, sino con amor, que mi vocación era ser psicóloga”, afirmó. Con esfuerzo, logró destacarse académicamente y comenzó su especialización en sexualidad a los 21 años, desafiando los tabúes sociales y familiares de la época. Su padre, aunque inicialmente reacio, terminó por sentirse profundamente orgulloso de ella: “Recortaba todo lo que salía mío en los periódicos, tenía carpetas. Se convirtió en mi fan número uno”.
Hoy, Ana Simó es una figura respetada y una referente en temas de salud mental, sexualidad y terapia familiar. Su testimonio es un ejemplo de perseverancia, pasión y la importancia de seguir la vocación a pesar de los obstáculos. “Si no es psicología, son pocas las cosas que me llenan tanto”, concluyó.