Con emoción, orgullo y un testimonio cargado de fe y perseverancia, una dominicana ha marcado un antes y un después en la historia de los medios de comunicación del país al convertirse en la primera mujer en fundar un canal de televisión en la República Dominicana.

Aunque algunos pudieran pensar que se trata solo de un canal de YouTube, la realidad es otra: el canal opera formalmente en el canal 106 de Claro TV, está en proceso de expansión a otros sistemas de cable, cuenta con una plataforma de streaming global en tantotv.com, y tiene su base operativa en un local propio en la céntrica intersección de la Av. 27 de Febrero con Abraham Lincoln.
Su historia no ha sido fácil. Por más de una década trabajó arduamente en Telecentro, en condiciones precarias: sin aire acondicionado, sin electricidad, y con recursos muy limitados. Muchos programas preparados con esfuerzo durante toda una semana no salían al aire por falta de combustible para la planta eléctrica.
“La gente hoy en día quiere todo rápido, como en el microondas, pero hay que pasar por el proceso”, afirma. Y es precisamente ese proceso lo que ha forjado su resiliencia. Casi 20 años después de haber recibido una palabra profética que anticipaba su propio canal, finalmente ha visto ese sueño hecho realidad.
La tecnología también jugó su papel. Con herramientas accesibles como un iPhone 14 y 16, trípodes de bajo costo y una inversión inteligente en producción, hoy el canal transmite contenido en alta definición, demostrando que no se necesitan millones para crear televisión de calidad, sino visión, fe y determinación.
Durante la pandemia, lejos de detenerse, aprovechó las circunstancias para crecer. Con la visibilidad que ofrecieron plataformas como YouTube y los ingresos inesperados por la monetización de contenido cultural y educativo, pudo financiar parte del proyecto. “Videos que antes no monetizaban comenzaron a generar ingresos significativos”, comenta.
Además, recibió financiamiento a bajo interés gracias a facilidades económicas creadas en ese periodo. Con esos recursos, construyó paso a paso su sueño, comenzando con la producción del programa matutino “Una Nueva Mañana”, seguido de escenografías y una estructura técnica sólida.
“Soy la primera, pero no seré la única. Vendrán muchas más. Arriba las mujeres”, expresó con orgullo, reconociendo que su logro es también una puerta abierta para otras mujeres que sueñan con incidir en los medios de comunicación.