El kéfir es una bebida fermentada, muy parecida al yogur que puede aportar varios beneficios para la salud gracias a su alto contenido en probióticos, vitaminas y minerales.

Entre sus principales beneficios se destacan:
Mejora la salud digestiva:
Contiene probióticos (bacterias buenas) que ayudan a equilibrar la flora intestinal, lo que puede aliviar problemas como el estreñimiento, la diarrea o el síndrome del intestino irritable.
Fortalece el sistema inmunológico:
Al promover una flora intestinal sana, el kéfir puede ayudar a reforzar las defensas naturales del cuerpo. Además, contiene compuestos antimicrobianos.
Es una fuente de nutrientes:
Aporta calcio, magnesio, fósforo, vitaminas del grupo B y vitamina K2 (especialmente si se elabora con leche entera).
Puede mejorar la tolerancia a la lactosa:
Durante la fermentación, las bacterias consumen gran parte de la lactosa, lo que hace que muchas personas intolerantes puedan consumirlo sin molestias.
Tiene propiedades antiinflamatorias y antioxidantes:
Algunos estudios sugieren que el kéfir podría ayudar a reducir la inflamación y combatir el daño oxidativo.
Ayuda a controlar el azúcar en sangre y el colesterol:
Aunque aún se investiga más al respecto, hay indicios de que el kéfir puede contribuir a la salud cardiovascular y metabólica.

Diferencias con el yogur
El kéfir posee mayor cantidad de microorganismos vivos que el yogur, entre 10 y 40 cepas de probióticos. El yogur tiene entre 4 y 6 cepas