La comunicadora y exreina de belleza dominicana, Karen Yapoort, abrió su corazón en una emotiva declaración en la que expresó su profundo amor por la niñez, así como su deseo de contribuir significativamente al bienestar de los más vulnerables.
Durante una conversación sincera, Yapoort confesó que, aunque puede conmoverse al ver el sufrimiento de las personas, cuando se trata de niños, su reacción es visceral:
"Yo puedo ver personas sufrir y conmoverme, pero cuando es un niño… es una cosa que yo quiero arrancar y recogerlo todo", expresó con visible emoción.
Relató incluso momentos en los que, al pasar por pueblos y ver a niños, especialmente hijos de mujeres haitianas, siente la necesidad de acercarse, abrazarlos, tocarlos, y protegerlos. "Yo se lo quito de la mano a las mujeres, les digo: préstamelo", comenta, reconociendo que su conexión con los niños es instintiva y poderosa.
Karen compartió también un gran proyecto que sueña con realizar junto a su esposo, el expelotero Edwin Encarnación: construir un gran orfanato en La Romana.
"Mi deseo al final de todo es construir un orfanato grande, grande", reveló. “Yo le dije a mi esposo que me diera un pedazo de tierra allá en La Romana, que quiero eso, para salir a recoger a todos los niños que no tienen papás ni mamás, que la están pasando mal.”
Su visión va más allá del simple refugio: planea crear un espacio con profesores, enfermeros, y una formación integral hasta el cuarto de bachillerato, de modo que los jóvenes puedan salir de ahí con herramientas para enfrentarse al mundo con dignidad y esperanza.
"Que tengan algo a dónde salir ya con 17, 18 años. Yo sueño con eso. Amo eso. Yo sé que se me dará", afirmó con determinación.
Yapoort también reflexionó sobre el poder del servicio como propósito de vida
"Hay seres humanos que tienen una vocación muy clara y muy definida. Siempre he creído en el propósito de servir", dijo, haciendo alusión a principios bíblicos y espirituales que la inspiran, como aquel que dice:
“Al que da al pobre, a Dios le presta.”
Además, destacó que el bienestar no se mide solo en lo económico, sino en tener hijos y familias saludables en medio de un mundo difícil. Para Karen, esa es una de las formas más auténticas en que se manifiesta la gracia divina.
La comunicadora concluyó reafirmando su fe en que cuando se actúa con amor y se asume el deber de ayudar al prójimo, la vida responde con abundancia y bendiciones.
Un testimonio humano, sensible y poderoso que refleja la esencia solidaria de una mujer que no solo sueña, sino que está decidida a actuar.
