Conocida por su activismo en medios de comunicación con un estilo frontal, Tamara Martínez sorprendió a muchos al participar en MasterChef Celebrity. Lo que pocos saben es que, antes de pisar una cocina profesional, ella no tenía experiencia culinaria. “A mí no me enseñaron ni a fregar”, confesó entre risas. Sin embargo, su paso por el famoso reality terminó por encender en ella una pasión inesperada: cocinar.
Tamara cuenta que cuando recibió la llamada de MasterChef Celebrity, lo primero que pensó fue que era una oportunidad para promocionar sus pastillas, aunque también sintió cierta presión pública. “Mi mamá nunca me enseñó a cocinar. De chiquita, cuando quería ayudar, me decían: ‘Suelta eso, muchacha’. Yo no sabía hacer nada”, recordó. Y sin embargo, aceptó el reto.
Con sinceridad, relata que no ganó ningún reto individual durante la competencia. “Eso significaba que tenía que cocinar todo el día, todos los días. No había descanso”. Pero lejos de desanimarse, encontró en ese esfuerzo diario una vocación inesperada.
“Yo no me cansaba, quería seguir cocinando”
A pesar de las jornadas intensas, Tamara descubrió que la cocina le provocaba entusiasmo. “Yo llegaba a mi casa y me ponía a practicar. Me di cuenta de que me gusta esto”, contó emocionada. Lo que comenzó como una experiencia televisiva terminó convirtiéndose en un nuevo camino personal.
Por eso, tras el programa, decidió formalizar su aprendizaje. “Gracias a la Escuela de Cocina Mariano Moreno por abrirme las puertas. Ha sido una experiencia hermosa. Estoy estudiando algo que nunca imaginé, y lo estoy disfrutando muchísimo”.
De los medios a la cocina: una nueva etapa
Tamara Martínez ha demostrado que no hay edad ni trayectoria que impidan comenzar desde cero. Su historia en MasterChef es una lección sobre la curiosidad, la constancia y el deseo de aprender. “Esto me llegó sin esperarlo, y ahora no quiero soltarlo”, afirma.
La comunicadora, siempre inquieta y multifacética, sigue sorprendiendo con su capacidad de reinventarse. Y aunque aún no haya ganado un reto de cocina en televisión, ha ganado algo más valioso: una pasión real.
